martes, 4 de noviembre de 2014

lunes, 3 de noviembre de 2014

Sinopsis o algo por el estilo

Siempre he sido muy de dar tumbos de un lado a otro sin parar. Los que me conocen dirían que incluso, algo raro; no les culpo a esa panda de cabrones.
Me levanto temprano, a eso de las cinco, me visto con un traje impecable, cojo mi maletín después de un desayuno a base de las últimas vitaminas diseñadas en fábricas y me dirijo a mi oficina en la que paso unas diez horas diarias analizando... y una mierda. No, nada de esto es verdad. Si lo fuera ya haría tiempo que me habría tirado por algún acantilado previo vómitos por una vida tan “idílica”. No es mi estilo. Se siente.

Mis días pasan como si fueran una fotocopia tras otra en una rueda sin fin. No sé muy bien lo que busco, pero sé que se encuentra en alguna parte... o que se encontraba. Ya lo entenderéis. Os dejaré algo claro. No estoy muy cuerdo, pero no me prejuzguéis y yo haré lo mismo por vosotros. Quizá mi estilo de vida o personalidad no cumpla vuestros parámetros de una existencia plena y debidamente estipulada por algún organismo superior... pero me suda la polla. No voy a dejar de dar tumbos por vosotros ni por nadie... bueno, quizá por Laputa. Por ella sí... o no. Vosotros no la conocéis; todavía, pero merece la pena. Sus tetas sobre todo, pero tiene más, mucho más. Ella es una obsesión. ¿Qué? ¿Queréis conocerla también? Ok, pues venid conmigo y os dejaré olisquear en mi interior. No literalmente. Pero algo se podrá hacer. Podréis conocer estas cosas y muchas más.                                        

miércoles, 18 de abril de 2012

Capítulo 1 - 15:14 ya queda menos...

No m presento. No m sale de los cojones. Al igual q no escribiré corrextamente aquí xq no m apetece cosas insustanciales como esa.

Sí esas dos frases han sido la máxima presentación q haré aquí. M conocerás por mis actos. Por lo q diga aquí. Pero podría mentir constantemente y creer todo o nada, o parte de un todo...

Comencemos el puto diario para gente q se aburre tanto como para meterse en la vida de los demás y cotillearla porque en el fondo saben que son más interesantes que las suyas propias... infelices.

Hoy no he hecho nada especial. Bueno me he sacado sangre (no yo mismo, sino un médico con su diploma y todo). 5 putos tubos y yo mirando la aguja metida en mi brazo como si fuera un puto yonki... pero sin sentir q me iba a correr del gusto... la última vez que me encontré en esa situación fue cuando me fui de putas. No por lo que me cobró, que también, sino por el polvo q m echó.

Bueno, ¿el verdadero motivo de ese puto análisis? Oh, no, no soy yonki, no tengo ni sida ni cualquier otra enfermedad venérea (q yo sepa) y desde mi anterior análisis creo que queda descartado cualquier tipo de hepatitis... soy bipolar. ¡Ahhhhhhhhhhhhh! quien haya escuchado alguna vez esa palabra ahora ha cerrado el puto libro y se ha puesto nervioso... otra opción es que se haya quedado para saber de primera mano si he matado a alguien (como si fuera a decirlo aquí)... bueno ahí va: estoy muy loco, ¡sorpresa!

Es una manera de decirlo. Ya que quien me lo ha diagnosticado es psiquiatra y se supone q sabe d eso... yo no pondría la mano en el fuego x el psiquiatra al q voy, pero ¿acaso pondría la mano en el fuego por alguien? ¡Esto tiene q doler más q una patada en la polla! En fin...
las consecuencias de mi ¿enfermedad? Pues q paso meses enteros deprimidos aunque haga un puto sol maravilloso y haya 50.000 vírgenes esperando que me las tire una a una en mi puerta. Ahora, cuando estoy feliz... estoy jodidamente feliz. No hay quien me gane a nada y ya puede venir la vecina con un kalashnikov y matar a toda mi familia q a mí me la soplará igual q se la sopla a un elefante.

Me tomo drogas diarias. Por desgracia son dogras legales... no va a venir un policía secreta señalándome con el dedo porque en realidad está jodido y resentido porque él también quiere parte de esa droga. Mis drogas ahora sólo se reducen a dos: 40mg de Prozac por la mañana al despertarme (ya no hace tanto efecto como antes... supongo q a todo m acostumbro), y la gran novedad de esta semana: Litio. 400 mg de litio repartido en dos dosis diarias para empezar... empezamos suave no vaya a darme un subidón y luego no hay quien me aguante. Aún así, todavía no noto diferencia. Me dijeron que tardaría unas semanas y espero que no me hayan tomado el pelo. No tendría sentido puesto que las pastillas sólo cuestan 50 céntimos. No es merecedora de estafa. Para eso el puto análisis de los huevos. No me jode sacarme sangre... antes era una persona altruista y m atreví a donar, a pesar de la puta aguja de medio metro que te meten en una vena más pequeña de lo necesario... lo que me jode es que me he tenido que levantar a las 7 d la mañana y ayer me dormí a las 3!!! ¡hijos d puta podríais cambiar el jodido horario!

Yo, medio zombie, allí en la sala de espera... rodeado de desconocidos con nuestros botes llenos de meado recién ordeñado, nuestras ojeras de mierda y el estómago vacío deseando meterse algo aunque sean babas de coño. Luego sale una enfermera con una lista que parece una puta SS dispuesta a llamar judíos para su entera satisfacción. Y ya, dice: "número 5". Sé que es mi fin.

Entro en una sala con más enfermeras demasiado viejas como para despertar ni mi líbido ni el de nadie. Un médico gordo me dice que me siente frente a él y le regalo mi bote de meados bien lleno. Estoy convencido de que en el fondo le gusta su trabajo. 5 botes de sangre me saca el puto cabrón antes de despedirme con una sonrisa. Cerdo!!

Evidentemente soy humano y mi fuerza de voluntad es limitada: me dormí de nuevo cuando llegue a casa. Nos ha jodido. Cuando me despertó el chucho eran la 1 d la tarde, estaba chorreando de sudor y el puto sol q entraba por la ventana me dejaba ciego. Puta vida repleta de injusticia... voy a mear y ahora vuelvo.

Vivo solo. En un pequeño apartamente que tengo la suerte de que nadie venga a visitar dando por culo con sus gilipolleces. Los únicos seres vivos que me rodean son mi perro, al que le gusta pasar el 70% lamiénsose los huevos y una mujer q viene un par d veces a la semana a limpiar mi casa. Y creédme que la tengo en un pedestal. Nadie sabe mejor que ella lo cerdo que puedo llegar a ser. No sé como me aguantan ambos.

Mi dormitorio lo tengo adornado a mi gusto: no hay nada en las paredes salvo un puto cuadro de una escena hindú que nunca he entendido su significado; si es que lo tiene, pero como fue un regalo lo colgué allí para que cumpliera su plazo.
 La verdad es que hubiera preferido colgar un montón de posters de las páginas centrales de Playboy y Penthouse para mis pajas nocturnas como remedio contra el insomnio desmadrado. A falta de pan... buenas son pajas!!!

Capítulo 2 - Pásame esas patatas

Me he dado cuenta de que la gente que me rodea es imbécil o que yo me esfuerzo por encontrarme imbéciles en mi camino. No me refiero a su inteligencia. Eso me trae sin cuidado. Sino a sus actos. Les pasó a mis dos últimas exnovias, a mi cartera y a la puta de la vecina polaca que vive en el segundo.

Mis dos últimas exnovias son un caso aparte a tener en cuenta. Un estudio asegura que el 50% de las parejas comenten infidelidades durante su relación. Pues a mi me dieron bien por culo y la estadística se amplió al 100% Personalmente no es que me importe... no puedo estar celoso de mujeres que no me importan y mi orgullo es demasiado bajo como para sentirse herido, pero coño, te cabrea que se metan otras pollas cuando podrían estar metiéndose la tuya.

La llamaremos #1 y #2. La #1 creo que era más modosita. Me contó que yo la desvirgué (tengo mis dudas). Me contó que me quería más que a nadie había querido antes (de eso dudo aún más). Estuve con ella por desidia. O sea, que era un vago de los cojones y me daba demasiada pereza mandarla a la mierda y ponerme a buscar a otra. Eso cansa mucho y yo no tengo fe en la humanidad, sólo en el sexo.

La #1, una pareja de amigos y yo comenzamos a salir. Nada sexual, al menos de momento. Sólo quedábamos para cenar, ver películas vomitivas en el cine y jugar de vez en cuando a las cartas. He de reconocer que no me caían bien, pero una vez más me cansaba mandarlos a la mierda. He de reconocer que el hecho de que no me cayesen bien influyó y mucho en el hecho de que hiciese trampas a las cartas. Algunas de mis películas en DVD las compré gracias a ellos.

Esta relación terminó de forma muy sencilla. El sujero A, se la metió al sujeto #1 en repetidas ocasiones. Yo me di cuenta porque iba caminando un buen día por el pasillo de casa y no pude avanzar. Sí, los cuernos se me engancharon en una lámpara. El sujeto B dejó al A. El sujeto cornudo dejó a la sujeto #1 para que pudiese seguir follando sin reparos. Y sí, os responderé a la pregunta que os estáis haciendo: No, no me follé a la sujeto B. ¿Por qué? Cojones, porque era un callo malayo más feo que mis huevos depilados en verano. Antes preferiría haberme follado un perro muerto. Así que opté por mudarme de piso a la otra punta de la ciudad. Lo suficiente lejos como para no escuchar a la sujeto #1 gemir cada noche. No por celos, sino porque no quería que me despertase.

La #2 es un caso totalmente distinto. Nos queríamos de verdad y con total pasión. Al menos eso le estuve diciendo un buen tiempo para que se viniera a mi cama. Me aburrían las pajas cuando la conocí. Al menos las que me hacía yo mismo. Ella se lo creyó, me dijo que también me quería y acabamos echando una media de dos polvos diarios. Soy humano y no podemos aguantar mucho tiempo esa media. Así que le dije la verdad para asustarla. "Estoy loco y no es por tí". Los pucheros que aparecieron en su cara me dió pena y fue cuando le dije que era bipolar, que no bipollar (no quería que se creara falsas esperanzas). "Eso que es?"- me dijo. "Bueno, estoy loco, pero aún no mato gente por la calle. Dame tiempo" -Respondí yo.
Creo que no me creyó o estaba tan ciega como para seguir a mi lado. Así estuve aguantándola dos años más. De nuevo la desidia hizo mella... puta desidia. Llegó a un puto cansino. Ella no me aguantaba y yo no la aguantaba. Ella no me comprendía y yo no quería comprenderla. Ella abría la boca y yo no quería oírla. Yo abría la boca y ella no estaba de acuerdo. Nos pasó lo que les pasa a miles de parejas a diario, sólo que hay algunos que se terminan casando y se llaman cariño mutuamente. Al final, poco antes de mandarla a la mierda, me enteré de que se estaba follando a un gordo. No un gordo cualquiera, sino un gordo amigo nuestro. Tomé dos decisiones. 1) Mandarla a la mierda por servicio urgente y 2) Nunca más volvería a tener amigos que no estuviesen castrados.

Eh gordo, sí, tú. No seas gilipollas. Deja de leer esa mierda de libro y pásame esas putas patatas de bolsa. Me entró hambre.

Capítulo 3 - Polvo nuevo, vida nueva

Tras mi "dolorosa" ruptura hice lo que todo hombre hubiera hecho en mi lugar: irme de putas por el módico precio de 70 € (incluyendo la habitación deprimente del hostal).

Una noche que estaba más caliente que un calefactor encendido en agosto no me lo pensé y salí a la calle muy dispuesto. Luego tuve que volver y coger dinero. Eran las tres de la mañana de una noche de marzo. No hacía frío y fui dando un paseo. Tenía ganas de echar un polvo, pero no tenía prisa. Me encontré con un grupo de cuatro putas. Elegí a la que estaba más buena y la saludé. "40 euros" - me saludó ella. Dije que de acuerdo y cruzamos la calle hacia el hostal de mala muerte. En ese momento apareció un cliente habitual de mi nueva novia de alquiler y se pusieron a hablar. No me lo presentó ni nada y yo no quería ser maleducado, pero hasta la puta me puso los cuernos, porque se fue con su cliente. Lo entiendo. En serio. Yo era amigo de una sola noche y el otro no. 

No me hundí. Aún tenías tres oportunidades más. Elegí a la segunda mejor. Una puta muy gorda, vomitiva y con el aliento a cerveza y tabaco. ¿Qué tienen los gordos? Me dijé a mí mismo. Y me animé a comprobarlo. Subimos al hostal. En la lujosa suite compuesta por una cama y una mesa donde dejar la ropa mientras follábamos, fue cuando me dijo que encima de fea cobraba diez euros más. Ya había pagado la habitación y no me iba a hacer una paja, así que acepté su propuesta.

Fue el peor polvo que he echado hasta ahora. No es que sea una máquina follando, pero todo el mundo tiene su límite. Pues ella puso el pedestal en lo más bajo.

Aprovechando que no eran necesarios los precalentamientos y que tampoco quería conversación, me desnudé en menos de diez segundos. Entonces ella me recordó que antes de emocionarme tanto debía pagarle para evitar que saliese corriendo después de correrme. Le dejé su salario en la mesa y esperé paciente. Ella se despelotó. Mejor que no lo hubiera hecho, pero ya era demasiado tarde. Me puso un condón con la boca y comenzó a chuparla. Hasta ahí todo bien, si no fuera porque fue la mamada más corta de la historia. Luego hizo amago de una pajilla, pero todo se quedó en amago. Yo aproveché y le comí las tetas. Eso al menos sí estaba bien. Tenía una tetas enormes y muy suaves. Todo hubiera sido genial en esa parte, pero no, se tuvo que joder. Llamádme escrupuloso. Pero, ¿por qué cojones se tenía que embadurnar las tetas con la colonia más barata posible? La boca me supo a mierda hasta la mañana siguiente.

Por fin llegó el momento de meterla. Tenía el chumino rapado. Eso al menos me gustaba. La tía lanzó sus 80 kilos encima mía y comenzó a moverse con mi polla empalmada dentro. Fue un polvo malo, sólo tuvo una postura y duró cinco minutos tirando por lo alto. Pero algo tuvo que darme morbo porque me acabé corriendo muy bien. La tía se dió cuenta y se sacó mi polla de su coño.  Fue algo impersonal. Luego no me pidió el número de teléfono. En realidad me quedé mirándola sonriente y con cara de imbécil por haberme corrido. Ella debió pensar que en mi mente habitaba un psicópata dispuesto a descuartizarla porque prácticamente me echó de allí. Yo no me resistí y me despedí de ella pensando que la próxima vez me follaría a otra que estuviera mucho mejor.

Al bajar del hostal me encontré con una rubia altísima que estaba buenísima. Me miró sonriente y me preguntó si quería follármela y además tener sexo anal con ella. ¡Mierda!

Cuando salí del hostal me metí en un taxi y me largué pensando que Bukowski estaría orgulloso de mí. Me hubiera encantado invitarle a una noche de juerga.

Ahora eso ya forma parte del pasado. Ya no me voy de putas. No tengo mucho dinero para pagarlas. Mi único contacto con ellas es una puta que se pone justo debajo de mi ventana cada noche. Ella dice estar trabajando, yo en realidad creo que me provoca porque le gusto. La verdad es que está buena. Algún día me la ligaré y así no tendré que pagar... o eso espero.